Lucía García es la directora de iMAL, Art Center for Digital Cultures & Technology en Bruselas. El centro acaba de recibir el premio cultural Ultima, el más importante que otorga el gobierno de Flandes, en la categoría Arte Digital 2024.

El jurado del premio 'Ultima' lo ha definido como ‘una institución pionera, única en su campo, un espacio imprescindible para la reflexión, la creación y la transformación’. ¿Qué has aprendido en iMAL?

iMAL me ofrece un contexto privilegiado para acceder a nuevas formas de creación. El aprendizaje diario es apasionante, me siento muy afortunada. Estos 4 años he podido experimentar qué nuevos modelos institucionales son posibles: modelos organizacionales horizontales y más harmónicos.

¿Quién eres y cuál ha sido tu trayectoria hasta llegar a Bruselas?

Soy una asturiana de la cuenca minera, nacida en Sama de Langreo. Aunque Licenciada en Derecho, pronto me fui acercando al mundo de la gestión cultural, especialmente en el ámbito del arte contemporáneo.

Desde 1999 trabajé en ARCO, la feria internacional de arte contemporáneo de Madrid, una etapa muy intensa y enriquecedora. En 2006, dejé el mercado del arte para incorporarme al equipo fundador de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, en Gijón, donde estuve desde antes de su inauguración hasta 2021, como coordinadora general y responsable de programas públicos, y más adelante como directora gerente y secretaria general. En 2021 me presenté a un concurso público para dirigir iMAL, y desde entonces estoy aquí, dirigiendo este proyecto tan apasionante ¡y hemos sido premiados por un trabajo que nos apasiona!

¿Un proyecto o exposición que te haya marcado especialmente?

Una obra y también performance que me marcó especialmente fue Organism: Excitable chaos / Organism: In Turbulence de Navid Navab, que vi en Linz el septiembre pasado. La instalación consiste en un antiguo órgano de tubos Casavant de 1910, al que dan vida unos sistemas robóticos, generando paisajes sonoros inestables e inmersivos.

Navid consigue que la tecnología no sea solo herramienta, sino materia viva. La obra representa la tensión entre lo antiguo y lo contemporáneo, entre el control y el caos. La obra plantea una reflexión muy potente sobre nuestra relación con las máquinas, el tiempo y la memoria sonora. La obra podrá ser vista en iMAL los meses de julio y agosto :)

¿Qué te inspira de vivir y trabajar en Bruselas?

Bruselas es una ciudad acogedora y con una identidad propia y ciertamente compleja. El ecosistema cultural es muy rico y en él conviven propuestas de pequeño, medio y gran tamaño, consolidadas y emergentes. Siempre hay algo nuevo por descubrir a la vuelta de la esquina. Es una ciudad que después de 4 años me sigue sorprendiendo.

Además, el público aquí es muy receptivo. Hay curiosidad, apertura, y sobre todo un conocimiento y una apreciación de las nuevas manifestaciones artísticas, incluso de las más experimentales.

Me inspira especialmente trabajar en Molenbeek, un barrio con una energía única, lleno de contrastes y con un potencial enorme. Poder formar parte de esta realidad desde lo cultural es una enorme fuente de aprendizaje.

¿En qué estás trabajando ahora mismo?

En esta nueva etapa de iMAL estamos focalizando nuestro trabajo en repensar el papel de la cultura digital en un momento de grandes transformaciones tecnológicas, sociales y ecológicas. Nuestra programación actual pone el foco en temas como la sostenibilidad tecnológica, los modelos de producción regenerativos, la automatización del trabajo o el rol del arte como herramienta crítica frente al discurso del progreso.

En noviembre presentaremos “La Société Automatique”, del artista hispano-belga Félix Luque Sánchez, en el marco de EUROPALIA. Una reflexión poética y crítica sobre la automatización y sus efectos en todos los aspectos de nuestras vidas.

A la vez, seguimos desarrollando nuestro programa de residencias. Este año recibimos a seis artistas en residencia en nuestros laboratorios (entre ellas, Alba Matilla, una joven artista española). El Fablab de iMAL organiza más de 100 formaciones al año en diseño y fabricación digital y nuestro programa de educación propone talleres y eventos a lo largo de todo el año, como The Cookery, centrado en prácticas accesibles e inclusivas.

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